martes, 14 de mayo de 2019

Vienes a mí en sueños...

Vienes a mí en mi sueño, cuando mi mente deja de pertenecerme, cuando el silencio de la noche acalla los gritos de mi alma.

Vienes a mí y somos una de nuevo, y sé que siempre seremos una, que no te has ido de mí.

Vienes a mí y jugamos como si no te hubieses ido y yo pudiése correr tras de ti y perseguirte.

Vienes a mí y no quiero despertar, porque te tengo conmigo, porque puedo olerte, acariciarte, mirarte, quedarme perdida en tu mirada.

Quiero dormir y soñar cada noche que estás aquí, a mi lado, porque si existe el alma gemela, eres tú, siempre has sido tú, mi pequeña Dafne, mi amor, mi niña marroncita.

Tu alma es mi alma, tu corazón el mío. Llorarte no me sirve. Llamarte no consuela. Saber que el destino cumple su promesa no calma mi dolor ni sirve para sentir el vértigo de ese enorme vacío que has dejado en mi alma, en mi vida.

Y todo se ha transformado a mi alrededor, aunque le mundo siga igual, mi mundo no es el mismo. Todo es descafeinado. Todo ha perdido color. Todo se desdibuja.

No hay victorias épicas ni magia en el mundo, porque no estás.
No hay pasión que te funda con el arte, porque no estás.
No hay trascendencia ni misticismo, porque no estás.

Y sin embargo, tu fuerza se cuela en mi todavía por los poros de mi piel, porque te dije "estoy lista, pequeñita, ya puedes descansar", pero tú sabías que no lo estaba, ¿cómo iba jamás a estarlo? Pero esa fuerza que tú me diste para decírtelo, está siempre ahora conmigo.

Tu respiración se apagó. Y mi mundo es menos mundo.

Vienes a mí en mi sueño, y cada noche te espero para estar contigo, para abrazarte, para mirarte imponente, soberbia, valiente, fuerte e inmensa en cada cosa que hacías, en cada movimiento, en tu descanso, en tu respiración.

Vienes a mí en mi sueño, porque sabes que no sé vivir sin ti, porque tu amor y tu bondad son tan grandes como mi necesidad de tenerte conmigo, aunque sea en sueños...

Vienes a mí en mi sueño, porque te llevaste todo lo mejor que mí había, tú.



martes, 23 de agosto de 2011

Todo fluye... panta rei... y una era comienza donde algo muere

Estas palabras de hoy, día en el que retomo en el blog son para todas aquellas personas que quedaron, quedan y quedarán atrás en mi vida. Algunos quedan en mi recuerdo, otros a duras penas conforman una suerte de imagen borrosa en una fotografía que a penas si puedo seguir dibujando en mi memoria. Pero esas fatasmagóricas imágenes que se desevanecen no pertenecen sólo al pasado, sino que habitan también el presente: los miras, están ahí, te hablan y sonríen, pero ves como sus siluetas se diluyen lentamente, como si la paleta del Photoshop desdibujara con suavidad los contornos que una vez perfilaban una promesa de eternidad.
Y lo sabes, crece ese abismo perpetuo que acecha a toda relación: la única constante es el cambio y está ahí mismo, a la vuelta de una sonrisa ingenua. Acaba, deja de estar ahí... Es además un proceso lento y paulatino que cuando importa, desgarra tu alma porque lo sientes salir de tu vida. Una llamada a la semana y no podemos vernos porque... Y la distancia con su eficaz manto cubre tus expectativas y se transforma en el inquilino perfecto de la obviedad: se acaba.
Nada es para siempre. Los que quedáis atrás, porque la vida os lleva a otro camino, porque ls distancia no es física sino emocional o simplemente porque sí, porque así lo decidís, sabéis que al mirar atrás quizá me recodaréis como yo os recuerdo, a unos con una sonrisa, a otros con total indiferencia.
Que os vaya bien a todos mis fantasmas, pasados, presentes y futuros... Ser etéreo tiene su precio.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Cuando el cielo

Cuando el cielo te busque, en su cumbre
construiré un palacio de nubes infinitas
que cubran tu cuerpo de hermosas palabras

y no te encontrará el abismo del silencio
ni las sombras de una madrugada que no tiene
sol ni noche ni día, ni alborada

y llegaré a las puertas donde aquel caballo de alado
me tornará en sonrisa de mares
turbulentas aguas, y vidas ajenas que esperan
en ansias, para poder recibir la esperanza y la gloria
de tu serena mirada, un instante que eternice el presente
y allane el mañana

subiré al parnaso en su lomo
andaré las prístinas aguas y cerbero me abrirá el paso
por donde no pase la barca
a buscarte entre miles de ruegos
a sentirte donde yacen las parcas

Yo sabré encontrarte
donde no llegan plegarias
donde lo incierto te cubra con negras capas doradas
y tomaré entre las mías tus manos
para poder besarlas, y decirte a gritos que estoy aquí
ante tí, sin armas
esperando el instante en que el cielo me dé lo que tu dios
me quitaba
un noche cualquiera, como cualquier otra madrugada

Te llamaré por tu nombre, tú, que respondes a uno
que miles repiten en cada palabra
tú, mi única, mi vida, mi alma, la que todo me diste
sin esperar nada
tú... iré a ti, sí...
mi dulce madre, y robaré tu alma...

De mirar en tus ojos

De mirar en tus ojos aprendí
que el alma no asoma a la pupila,
la inventa cada vez que una lágrima
la acaricia y la abrasa

De mirar en tus ojos aprendí
que no hay olvido peor que la indiferencia
de saberme perdida en ellos sin que tú me mires
sin la complicidad del alba

De mirar en tus ojos aprendí
que se puede morir un instante y renacer
en tu pecho, navegar por tu cuerpo
y ser la orilla de tu pensamiento

De mirar en tus ojos aprendí
que hay fantasmas oscuros y demonios
sin alas que habitan la profundidad
de la mente que abarcan

Y aprendí a vivirte en cada gesto diminuto,
cada furtivo suspiro de tu ser que se escapa
por esa rendija del alma, que es
tu mirada...

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Más pseudointectuales y Woody Allen

Pues sí, fui a ver la nueva película del bueno de Woody. Sí, es cierto, no es una de sus obras mayores, pero sinceramente, dudo que la peor película del newyorquino pueda compararse a cualquier otra en taquilla... Por lo tanto, sí, merece la pena ir a ese universo mágico que se configura ante los ojos al que llamamos cine, y ver Conocerás al hombre de tus sueños. Pero no voy a hablar aquí del ingenio de sus diálogos, ni de su capacidad para contar historias donde ni las hay. Me voy a quejar, cosa que hago mucho últimamente, debe ser la edad, o tal vez el cansancio.

Evité el fin de semana y me marché al cine un lunes a las 18:00PM, perfecto para evitar comilones compulsivos y pseudointeletuales que tratan de ligar desplegando sus "armas". Nada más lejos de la realidad. Fui acompañada de mi fiel "constante" en estos actos de voluntad intuitiva y reflexión concienciada de que no sería la obra maestra de Woody que esperaría culaquier otro. Hasta los genios envejecen, eso sí, se hacen más interesantes. Nosotras dos en el cine, asiduas de estos hábitats con olor a palomitas y humanidad, por no decir tigre.

Pues bien, sentaditas y preparadas, nos sobresaltan voces a nuestra espalda: "no te precoupes, Tasmetu, ya verás como se callan en cuanto empiece la peli", me dijo mi interlocutora entre susurros esperanzados. Cinco minutos de película, y los dos de atrás no paraban de hablar... Una y otra vez... shhhhhhhh, por favor, silencio... shhhhhhhh que me devuelvan el dinero de la entrada, no mejor que se lleven a estos inútiles ineptos que han entrado aquí para manipular y entorpecer el disfrute que no pueden entender sus minúsculos cerebrillos defecantes (vaaale, no sois genios, no tenéis inteligencia ni para colmar un chupito, pero ¿no podéis al menos tener civismo?). ¿Para qué demonios van a una película de Woody Allen si no paran de hablar? No escuchan los diálogos, y lo que es peor aún, no dejan a los demás relajarse y entregarse a la historia.

Estos insípidos humanos que pululan están al servicio de la crueldad de un civismo caduco que se agota en desculturización y deseducación. ¿Tienen derecho a estar ahí porque han pagado como yo? Sí, sí. Pero es que yo he pagado para disfrutar en un acto colectivo, por desgracia, de una epifanía que  me entrega de su mano un genio del S XX. A lo mejor si los llevamos al Louvre se sientan a comer pipas y las echan a una urna mesopotámica...  ¿Estos votan con igual derecho que yo? Lo cual es altamente alarmante y alocado a la vez. Democracia se llama. Si estábais en el cine ayer, viendo la película y no parábais de hablar, sabed que no merecéis ser llamados humanos, sino tan sólo seres, porque eso sois, seres que pasáis por insípidas existencias mediocres y redundantes. Ya sé que igual tenéis más pasta que yo, seguramente seréis más altos y guapos, y hasta os irá mejor la vida... Pero JAMÁS, y repito JAMÁS, podreís alcanzarme, porque soy Tasmetu y cuando vosotros aún estáis parloteando sobre memeces, yo estoy volando hacia el cosmos en un periplo de ingenio, catársis y trascendencia que vosotros ni soñáis parcialmente percibir en ninguna de vuestras míseras existencias.

Saludos a todos los pseudointelectuales que andan por ahí. Tenéis derecho a la vida, ya lo hablamos, pero por favor, dejadnos disfrutar del Cine...