miércoles, 1 de septiembre de 2010

Más pseudointectuales y Woody Allen

Pues sí, fui a ver la nueva película del bueno de Woody. Sí, es cierto, no es una de sus obras mayores, pero sinceramente, dudo que la peor película del newyorquino pueda compararse a cualquier otra en taquilla... Por lo tanto, sí, merece la pena ir a ese universo mágico que se configura ante los ojos al que llamamos cine, y ver Conocerás al hombre de tus sueños. Pero no voy a hablar aquí del ingenio de sus diálogos, ni de su capacidad para contar historias donde ni las hay. Me voy a quejar, cosa que hago mucho últimamente, debe ser la edad, o tal vez el cansancio.

Evité el fin de semana y me marché al cine un lunes a las 18:00PM, perfecto para evitar comilones compulsivos y pseudointeletuales que tratan de ligar desplegando sus "armas". Nada más lejos de la realidad. Fui acompañada de mi fiel "constante" en estos actos de voluntad intuitiva y reflexión concienciada de que no sería la obra maestra de Woody que esperaría culaquier otro. Hasta los genios envejecen, eso sí, se hacen más interesantes. Nosotras dos en el cine, asiduas de estos hábitats con olor a palomitas y humanidad, por no decir tigre.

Pues bien, sentaditas y preparadas, nos sobresaltan voces a nuestra espalda: "no te precoupes, Tasmetu, ya verás como se callan en cuanto empiece la peli", me dijo mi interlocutora entre susurros esperanzados. Cinco minutos de película, y los dos de atrás no paraban de hablar... Una y otra vez... shhhhhhhh, por favor, silencio... shhhhhhhh que me devuelvan el dinero de la entrada, no mejor que se lleven a estos inútiles ineptos que han entrado aquí para manipular y entorpecer el disfrute que no pueden entender sus minúsculos cerebrillos defecantes (vaaale, no sois genios, no tenéis inteligencia ni para colmar un chupito, pero ¿no podéis al menos tener civismo?). ¿Para qué demonios van a una película de Woody Allen si no paran de hablar? No escuchan los diálogos, y lo que es peor aún, no dejan a los demás relajarse y entregarse a la historia.

Estos insípidos humanos que pululan están al servicio de la crueldad de un civismo caduco que se agota en desculturización y deseducación. ¿Tienen derecho a estar ahí porque han pagado como yo? Sí, sí. Pero es que yo he pagado para disfrutar en un acto colectivo, por desgracia, de una epifanía que  me entrega de su mano un genio del S XX. A lo mejor si los llevamos al Louvre se sientan a comer pipas y las echan a una urna mesopotámica...  ¿Estos votan con igual derecho que yo? Lo cual es altamente alarmante y alocado a la vez. Democracia se llama. Si estábais en el cine ayer, viendo la película y no parábais de hablar, sabed que no merecéis ser llamados humanos, sino tan sólo seres, porque eso sois, seres que pasáis por insípidas existencias mediocres y redundantes. Ya sé que igual tenéis más pasta que yo, seguramente seréis más altos y guapos, y hasta os irá mejor la vida... Pero JAMÁS, y repito JAMÁS, podreís alcanzarme, porque soy Tasmetu y cuando vosotros aún estáis parloteando sobre memeces, yo estoy volando hacia el cosmos en un periplo de ingenio, catársis y trascendencia que vosotros ni soñáis parcialmente percibir en ninguna de vuestras míseras existencias.

Saludos a todos los pseudointelectuales que andan por ahí. Tenéis derecho a la vida, ya lo hablamos, pero por favor, dejadnos disfrutar del Cine...